Por: Transeúnte

Ha sido un año muy duro en Nuevo León. El rebrote del Covid 19, junto con el incremento de la violencia han ensombrecido el panorama social este fin de año. Hay que agregar las disputas políticas entre el PRI y Samuel García, el Legislativo contra el Ejecutivo, por broncas como la designación del fiscal general estatal y el presupuesto del año entrante. Ya está visto que a los políticos les importa poco la gente.

Frente a estos problemas me pregunto: ¿debemos celebrar?

Mi respuesta es sí, y con muchas carcajadas. No debemos dejar que situaciones indeseables superen nuestro deseo de estar bien, en familia, con salud y prosperidad. Los maleantes que se brincan la Ley y los políticos, que atropellan la civilidad y al pueblo, no deben ser factor para hacernos sentir tristes en estas fechas. Por el contrario, nosotros debemos hacer nuestra parte y sentirnos en un estado de optimismo, de unión y de felicidad.

Si nos entristecemos, ellos ganan. Cuando la ciudadanía se deja llevar a un estado de pesadumbre por estos factores, es como si retrocediéramos en la interminable carrera por estar bien. Por supuesto que debemos cuidarnos y exigirle a los diputados y el gobernador, pero no hay que dejar que ganen.

Celebremos juntos en esta Navidad, a pesar de los pesares.