Por: Héctor Leal
Con un físico en el que sobresalían sus largos y anchos brazos tipo Popeye el entrenador temperamental uruguayo Carlos Miloc conocido como el “Tanque”, quien dirigía a Torreón, no se aguantó más y se enfrascó a golpes con su paisano Orlando Medina, jugador del Atlante.Esta es una de las épicas broncas que ha tenido la historia del futbol en México. El domingo 5 de noviembre de 1972 se medían en la jornada 6 los Diablos blancos contra los Potros de Hierro en el Estadio Azteca, dentro de la temporada 1972-1973. Hace ya 51 años.
Al minuto 65 del segundo tiempo los potros reclamaron fuertemente una mano dentro del área lagunera, pero el árbitro Francisco Ledezma no marcó penalti.
Cuando el marcador estaba 2-1 a favor de los laguneros, Salvador Ruiz filtró un balón a su compañero Agustín Estrada para que entrara solo en el área chica rival, pero Gisleno (número 4 en la espalda), quien tenía fama de ‘duro’ como su hermano Orlando, compañeros del club azulgrana, golpeó a Chava por lo que el árbitro expulsó al charrúa al 75’.
El zaguero central protestó airadamente su salida al nazareno; en la discusión se unieron sus compañeros el arquero Rafael el Wama Puente, polémico en aquella época por su actitud rijosa, Manuel el Perico González, entre otros.
Al timonel del Atlante, Ángel Papadópulos, sus futbolistas no le hicieron caso.
Ledezma decidió que interviniera la policía para poner orden, pero José Luis Puente, hermano de Rafa, y Pedro Orradre repartieron golpes a la autoridad. Ingresaron al campo más de 10 policías; honestamente nunca pudieron poner orden.
En la cancha había más de 50 personas entre jugadores, entrenadores, cuerpo arbitral, autoridad, así como representantes de medios de comunicación.
Mientras que el Wama Puente quería pelear con Refugio Cuco Estrada, de Torreón, en tanto, Miloc Pelachi, quien tenía 40 años de edad en ese momento, buscaba detener los avances del arquero atlantista y también hacía a un lado a sus muchachos.
Aunque en un momento se dio tiempo para quitarse el reloj que traía en la muñeca derecha y guardarlo en su bolsa izquierda.
Luego apareció Gisleno, quien quería golpear a un oponente y cerca de él estaba su hermano Orlando (número 10 en la espalda), quien jugaba de mediocampista; de pronto, el timonel lagunero mostró sus dotes de boxeo, deporte que practicó en su juventud, conectó un derechazo a José Luis Puente, quien ascendiera con Tigres a Primera División en 1973-1974, para luego fajarse con su compatriota Orlando. Seguramente el fornido entrenador escuchó algo que no le gustó.
Por su parte, el Wama Puente se enredó a golpes con Alberto Torito Gómez, del club coahuilense.
Al final salieron lesionados el arquero René Vizcaíno, de Torreón, y Fernando Villegas, de los Potros, quien terminó con sangre en la ceja izquierda.
El encuentro se suspendió alrededor de 15 minutos, pero se reanudó y en el 95’ el italiano Franco Gallina mandó un pase para Orlando Medina, quien por la derecha se enfiló al área chica para poner un servicio a José Luis Puente, quien de pierna izquierda venció al portero Raúl Güero Navarro, quien ingresó por Vizcaíno.
Al minuto 105 el balón se fue a las gradas y un aficionado, quien traía camisa clara, no quiso regresar el balón por lo que el árbitro mejor pitó el final del partido.
Don Carlos declaró al concluir el partido: “Ojalá el árbitro tenga la ecuanimidad suficiente y determine quién provocó esta sanción. Algunos habrán alcanzado a ver qué yo intenté hasta lo imposible
de separar; vinieron a nuestra banca y quisieron pasar por arriba, y estas son las reacciones de los hombres”.
El timonel sudamericano llegó a nuestro país como delantero para jugar con Morelia con quien debutó el domingo 21 de julio de 1957 en una derrota de 2-1 vs León, en el torneo 1957-1958. Lo puso a jugar su paisano el DT José María Chema Rodríguez.
Mientras que como técnico se presentó con Irapuato en el campeonato 1969-1970 de la Primera División. Con este equipo trabajó hasta la temporada 1970-1971.
Se inmortalizó con los Tigres de la UANL cuando obtuvo como timonel los primeros dos títulos de liga del club en su historia en 1977-1978 y 1981-1982 cuando se jugaban los torneos a 38 jornadas y aparte la liguilla.
Durante su carrera tuvo algunas peleas inolvidables. Así era el temperamento de don Carlos.
Por otra parte, el martes 7 de noviembre la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol determinó que Rafa Puente y Gisleno fueran sancionados 6 partidos.
En el caso de Puente el saldo fue así: un juego por insultos al árbitro, uno más por participar en la riña y cuatro más por lanzar graves amenazas al árbitro llevando el cargo de capitán.
Mientras que el uruguayo fue suspendido con un encuentro por participar en la reyerta, uno por insultos al nazareno, y cuatro más por dirigirse al árbitro en forma excesivamente agresiva.
También castigaron con un juego a Perico González, Pedro Orradre, José Luis Puente y Orlando Medina, todos del Atlante.
En tanto, la directiva atlantista penalizó a sus jugadores con 8 días sin goce de sueldo.
Por Torreón sancionaron con un duelo a Raúl Ramos Ruiz y a Miloc Pelachi por participar en la pelea.
Lo más extraño es que a la siguiente semana que era la jornada 7 el Estadio Azteca no recibió veto, ya que los azulgranas y los Tuzos de Pachuca jugaron allí el domingo 12 de noviembre con empate a un gol.
En el caso de Puente el portero que lo sustituyó fue Armando Franco, quien cumplió cabalmente la ausencia del castigado, pero en la jornada 13 apareció de nuevo el Wama en lugar de Franco.
Aquí les comparto la liga de la bronca entre Atlante-Torreón y un agradecimiento a José Luis Barbosa, quien gracias a la extensa videoteca que tiene, me compartió la frase de Miloc Pelachi.
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