Una de las tardes que caminaba por el pasaje principal de la playa de Venice, una calle que se distingue por ser un mosaico ecléctico de diversas culturas, mientras me dirigía al famoso Muscle Beach, un gimnasio al aire libre famoso en los 70´s y 80´s que sigue abierto al público y es usado para hacer producciones de cine y video, mientras observaba llamó mi atención la gran cantidad de "farmacias verdes" o establecimientos donde se ofrecen chequeos médicos y se expiden recetas para uso de mariguana, obviamente cerca de lugares donde venden pipas y cigarros para poder fumar lo que el doctor les ha "prescrito".

En los anuncios se leen mensajes tales como: "¿ansiedad, depresión, enfermedades varias como aids y otros trastornos? Aquí hacemos su evaluación para saber si usted puede usar mariguana".

Más allá de recordarme que en California el uso del cannabis es legal con receta, me pareció realmente antagónico que en la playa donde se promueve el Muscle Beach, se expidan recetas para el uso legal de esta droga adictiva, como se hace en todo el territorio de Los Ángeles con más establecimientos que algunos de comida rápida como Domino's Pizza.

Esto me llevó a reflexionar las realidades tan diferentes que vivimos los mexicanos como país, completamente ajenas a la forma de vivir de la Unión Americana y que si bien en el pasado y en el presente hemos importado modelos culturales, modas y tendencias el auge en los Estados Unidos llegó para quedarse en México, así como un sin número de aspectos que hemos copiado, así como defectos de aquella sociedad.

Hay, sin embargo, un mundo de diferencia en otros aspectos como la legalización del uso de la mariguana, que de seguir avanzando, estoy cierto que harán un daño irreversible a nuestra sociedad y sobre todo a nuestra juventud, ya que si bien es un negocio de millones o billones de dólares, las mismas estadísticas indican que en Estados Unidos el consumo se ha disparado multiplicándose de manera exponencial y aún se esperan los daños colaterales de estas medidas al aumentar sin duda el número de adictos que habrá en ese país.

Como mexicanos deberíamos copiar lo bueno y ser conscientes de nuestras diferencias culturales, raciales, socio económico y psicológico.

Ojalá que nuestras autoridades reparen en el daño que esto nos puede causar como sociedad y que no vaya a haber pronto más establecimientos en los que vendan la droga legalmente que gimnasios o centros deportivos.

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