Me cae de la pedrada el sistema gringo, pero debo reconocer que envidio sus presidencias de 4 años, porque pasan volando.

Ya puede un imbécil como Trump llegar, que no durará lo suficiente como para acabar con todo lo construido antes que él.

Cuatro años no alcanzan…

Se puede hacer mucho daño, pero en seis años se derrumba un país, pregúntele a Echeverría… a López Portillo… a Salinas de Gortari…

En seis años con Peña Nieto las reservas federales descendieron y la deuda externa se incrementó.

En seis años con Echeverría, el desarrollo estabilizador que comenzó Ruiz Cortines y culminó Díaz Ordaz, se hizo polvo… y en los otros seis, de López Portillo, casi terminamos de limosneros.

En cuatro años, Salinas nos hubiese dejado con un gran avance en justicia social gracias a Solidaridad… pero en los otros dos nos mandó al carámbano, con la madre de todas las crisis.

Seis años de buenos presidentes, como Zedillo y Calderón, debieron convertirse en ocho.

Fox en cuatro años logró avances, pero en los dos años finales nos dejó flotando en un tronco, gracias a su ineptitud o complicidad o lo que sea, con el crimen organizado.

En un sexenio, los dos últimos años son de una total debilidad…

En cuatro años, con oportunidad para la reelección, el Presidente no se debilita porque buscará seguir.

Es que pienso en lo que nos viene en el 2018, y la verdad… la mera verdad, me preocupa que cualquiera de los tres actuales punteros llegase.

¿Seis años?… ¿Seis años?

¡Lo que pueden destruir en seis años!