El proyecto denominado Armonett Pinturas, desarrollado por los estudiantes Jessica Ramírez, Sofía Montaño, David Ramírez, Brando Varela y José Manrique, busca la reducción del consumo de electricidad y el impacto en la huella de carbono con su uso en lámparas de interiores y en espacios urbanos.
Además, explican los jóvenes, la pintura biofotoluminiscente puede durar hasta 15 años y otra ventaja es que, como no se utilizan organismos vivos bioluminiscentes, los costos de producción son menores.
“Esto es un pequeño ejemplo del poder para transformar a nuestras comunidades y demuestra que los jóvenes sí podemos cambiar al mundo”, menciona David Ramírez Colula, miembro fundador de este proyecto.
Recientemente, Armonett Pinturas, fue uno de los ganadores del Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018 y recibió un premio de 100 mil pesos.
El grupo de estudiantes investigó para un proyecto escolar la funcionalidad de absorber la energía lumínica de los rayos UV y reflejarla a través de una pintura.
Tras presentar su proyecto, los alumnos ganaron una beca para diseñar un prototipo. Después ganaron el segundo lugar en el Energy BM Challenge y otra beca para la incubadora de empresas del Tec de Monterrey.
“Fue entonces cuando nos enfocamos en diseñar un plan de negocios, formalizar el proyecto y buscar concursos para darnos a conocer”, explica Brando Valera, director de marketing de Armonett.
Participaron en el Hult Prize, reconocido concurso en innovación social, así como en Xignux, donde ganaron un millón de pesos para continuar su investigación.
Armonett Pinturas, inició como un proyecto en octubre del 2017 y actualmente ya está constituida como sociedad anónima, teniendo expectativas de lanzar próximamente a la venta su pintura.
Además, están trabajando en añadir nanoparticulas a la pintura para encapsular el CO2 y extender su uso a las industrias.