Rayados y Tigres hemos tenido representativos lamentables, vergonzantes… y nunca dejamos de hablar de ellos, de comprar abonos, de comprar playeras, de hablarle a don Robert.
Hoy a Tigres le tocan las horas bajas…
Pero no nos engañemos, con Rayados nos cayó una malaria de varios años, y sabíamos que el responsable de todo eso tuvo nombre y apellido: Luis Miguel Salvador.
Con Tigres queda en claro, el responsable de que Tuca siga destrozando los sueños de los jóvenes jugadores… siga destrozando la mística felina… siga destrozando corazones universitarios… se llama Alejandro Rodríguez.
Pero más que ellos, una fanaticada enferma de futbol, que hace de las famosas “invasiones” un medio de sentir orgullo… y de las broncas en estadios ajenos, un motivo de vergüenza.
En España, el que compra un abono es socio…
Los socios votan por el presidente del equipo, no los imponen.
Pero aquí, los ponen y los sostienen… los dejan aunque la gente no guste del estilo.
En pocas palabras, tu derecho es comprar abono… siempre y cuando tengas el del año anterior.
¿Ese es un derecho?
¡Ah, bueno!
Hoy nos regodeamos los Rayados en el fracaso felino.
Al rato los felinos van a regresarnos la copa si los Rayados no somos campeones.
Y eso es todo…
Anhelar el mal de otro para no sentirnos tan mal.
Eso es lo que nos ha dejado el futbol en Monterrey, una sociedad mediocre, que no exige, que no toma medidas, que aguanta cosas que no debiera…
Una sociedad futbolera que se vuelve cada vez más sometida por su gusto.
Disfruto el buen futbol.
Lo que no disfruto es ser un borrego barato, al que hacen barbacoa a pedacitos y encima, debe evitar el balido para que el matancero no se estrese.