Pues ya llegamos a Navidad, un año 2020 muy difícil por la situación de la pandemia del Covid-19, la grave situación económica, de inseguridad, la violencia familiar y el aumento en delitos sexuales que se han presentado por diversas causas, una de ellas el confinamiento que enfrentamos. Ha sido un año realmente triste, en donde los temas de índole político han quedado en segundo plano ante el dolor y el desánimo que se siente y percibe en la sociedad a causa de los cientos y miles de fallecimientos que pudieron evitarse a consecuencia de este virus atroz. El sistema de salud colapsado, nuestro personal médico agobiado y cansado, la falta de una estratégica seria y formal de atención, combate y prevención del Covid-19, nuestra economía al borde del abismo y que ya no aguanta más, nuestras niñas y niños desesperados en casa, los delitos en incremento, la pérdida de empleos a causa de esta pandemia, entre otros factores hacen que esta Navidad sea única e irrepetible a las demás que usted y yo hemos vivido.
La irresponsabilidad de todos al no acatar las medidas sanitarias de manera contundente, la falta de una estrategia conjunta que permitiera que la economía y la salud fueran de la mano y así controlar los casos activos presentados y tener actividad productiva, es una de las tantas cuestiones que no comprendo, él por qué no hacerlo de esa forma.
Las personas que tengan que salir a trabajar para llevar el sustento a su hogar por favor háganlo con todas las medidas sanitarias y cuiden mucho a los menores de edad. Agradezcamos a Dios o al Universo, según su creencia, por tener salud, techo, pan en la mesa y una familia con la cual podamos amar, crecer, compartir y vivir.
Navidad llegó.
Hasta pronto.
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