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Identificar, acudir, activar, valorar e intervenir son los cinco grandes pasos que forman parte de este mecanismo de atención oportuna.

Redacción/LikeMTY

Con el propósito de brindar a la población derechohabiente una capacidad de respuesta rápida y efectiva ante la aparición de un infarto cerebral, la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades No. 25, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, implementa el programa Código Cerebro.

En el marco del Día Mundial del Cerebro, conmemorado hoy 22 de julio, el IMSS resalta este mecanismo, aplicado por la UMAE No. 25 desde el 2022, que incluye la coordinación eficiente por parte de los tres niveles de atención para la intervención farmacológica o quirúrgica inmediata ante eventos cerebrovasculares.

Desde su implementación, esta unidad médica ha atendido a 60 pacientes por año, y ha logrado evitar secuelas y complicaciones en 8 de cada 10 personas atendidas oportunamente.

Un equipo multidisciplinario de salud del Hospital de Especialidades No. 25 se mantiene alerta ante la posible activación del Código Cerebro por parte de las Unidades de Medicina Familiar (UMF) y los Hospitales Generales de Zona (HGZ) del Seguro Social en Nuevo León y entidades aledañas

Una enfermedad cerebro vascular o infarto cerebral se presentan de manera súbita por la interrupción del flujo sanguíneo en una parte del cerebro, lo que amerita atención urgente por el alto riesgo de secuelas que conlleven a discapacidad o perder la vida.

De acuerdo con la jefa del servicio de Neurología y coordinadora del programa Código Cerebro en la UMAE No. 25, doctora Verónica García Talavera, los cinco grandes pasos para que la aplicación del protocolo tenga mayor probabilidad de éxito son: identificar, acudir, activar, valorar e intervenir.

El primer y más importante momento es la identificación de signos de alarma por parte del paciente o un familiar, que son: la desviación de la boca hacia un lado, debilidad de la mano o el pie, o la alteración en el habla.

Al menos con uno de esos síntomas, hay hasta un 72% de probabilidad de que se trate de un ataque cerebral; y si se tienen dos de ellos, sube a más del 85%.

Una vez identificados los signos, se tiene que acudir de urgencia a la UMF o HGZ más cercano. Son los médicos de primer contacto quienes, cuando identifican a un paciente con inminente infarto cerebral, activan el protocolo.

En ese momento se acciona la red integrada por médicos y directivos de las unidades de los tres niveles de atención del IMSS, y se envía al paciente a la UMAE No. 25.

Ya en esta unidad de alta especialidad, el equipo médico valora la condición del paciente y, en menos de 30 minutos, quedan listos los resultados de los estudios de imagen para determinar si el evento cerebral del paciente es una isquemia (obstrucción del vaso sanguíneo) o una hemorragia (ruptura del vaso sanguíneo).

Enseguida se decide si el tratamiento de reperfusión cerebral que habrá de practicarse será farmacológico o quirúrgico: una trombólisis (administración de medicamento en la vena para disolver el coágulo), o bien, una trombectomía o cateterismo cerebral (cirugía de extracción del coágulo).

Ambos procedimientos se realizan en la sala de hemodinamia; la trombólisis, en menos de cuatro horas y media, y la trombectomía en menos de seis horas, a partir de que sucede el evento cerebro vascular.

La trombectomía se lleva a cabo mediante dos dispositivos: el stent retriever (red de extracción) o el catéter de aspiración, con la introducción de una sonda que mide aproximadamente 140 centímetros de largo y que viaja desde la ingle hasta las arterias cerebrales, explicó el neurocirujano y subespecialista en terapia endovascular neurológica, doctor Carlos Gerardo Seañez Prieto.

Convencidos de que no hay que perder un solo minuto, porque el “tiempo es cerebro”, en la UMAE No. 25 se movilizan desde vigilantes, camilleros, personal de enfermería, radiólogos, urgenciólogos, internistas, intensivistas, neurólogos, neurocirujanos y demás especialidades involucradas, para recibir y atender de inmediato al paciente, detalló la doctora García Talavera.

El infarto cerebral es una enfermedad frecuente en la población, ya que, en promedio, una de cada cuatro personas sufrirá un evento vascular cerebral en su vida, generalmente personas mayores de 65 años, de las cuales un 60 por ciento son varones.

Se trata de una de las tres principales causas de muerte y la primera causa de discapacidad en el mundo. No obstante, con el Código Cerebro, así como con terapia y rehabilitación, los pacientes pueden volver a su vida activa.

Los factores de riesgo para que se presente la enfermedad cerebral vascular son la hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias (obstrucción de arterias por colesterol, triglicéridos en la sangre), tabaquismo y obesidad.

 

Última modificación Lunes, 22 Julio 2024

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