Se modificaron leyes para encarcelar incluso a los ciudadanos que no portaran cubrebocas, a los que salieran a la vía pública sin justificación para evitar el contagio.
Sin embargo, el coronavirus resultó una serie de virus corrupto, con excesiva inteligencia, ya que se ensaña con los ciudadanos comunes, con los de a pié, pero no con las estrellas del espectáculo, tampoco con los políticos, ni con los futbolistas, ni los presentadores de noticias, ni con los conductores de programas de revista.
De acuerdo a información o comportamiento tanto del gobierno del estado, con el federal, este virus ataca solamente a los ciudadanos comunes y preferentemente de clase media hacia abajo.
Esta confirmación se logró por medio de las políticas de combate al covid-19, donde, por ejemplo, los adultos mayores tienen prohibido salir a la calle, pero no así los y las futbolistas profesionales, y como ejemplo está la reciente final de futbol femenil entre Rayadas y Tigres, o el partido de repechaje en el futbol profesional varonil, entre Rayados contra Puebla, o el juego de la liguilla donde Cruz Azul eliminó a los Tigres.
En ninguno de estos eventos se utilizó cubrebocas, y desde luego, los partidos nunca fueron suspendidos.
Una situación similar se vive a diario en los diferentes canales de televisión locales y nacionales, donde los conductores de noticia señalan y enjuician a cuando ciudadano no trae cubrebocas, los exhiben y tachan de irresponsables, sin embargo, ningún conductor de noticias, ni local, ni nacional lo porta, y tampoco son amonestados o sancionados por la Secretaría de Salud.
Un caso de excesos fue el de Televisa a nivel nacional con un programa especial de fiesta que denominaron Mi Propósito 2021, donde aparecen decenas de personalidades del medio artístico sin guardar distancia y sin cubrebocas.
Los políticos también incurren en anomalías similares, por ejemplo en el Congreso del Estado, donde a pesar de decenas de contagios que han surgido en ese sitio, los diputados no suspendieron sesiones, ni tampoco las hicieron virtuales, a pesar de ser una actividad no esencial para el ciudadano.