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En octubre de 2015, Clay Heighten y su esposa, Debra Caudy, invirtieron 745 dólares para adquirir una propiedad de 29 acres en el condado de Denton, Texas, en Estados Unidos.

Luego crearon una organización sin ánimo de lucro, de nombre 29 Acres para empezar a recaudar dinero para un proyecto cercano a sus corazones: una comunidad residencial para personas con autismo,.

Heighten, un médico de emergencias retirado y fundador de una empresa de gestión inmobiliaria, y Caudy, médica oncóloga jubilada, tienen un hijo de 19 años, Jon, que está en el extremo grave del espectro autista. Los padres estaban preocupados por el futuro de Jon y, vista la falta de opciones, decidieron crear un espacio donde ayudar a que jóvenes adultos con autismo desarrollen las habilidades necesarias para vivir y trabajar independientemente.

“Estamos intentando crear algo que ofrezca una calidad de vida más rica, de forma que personas como Jon necesiten cada vez menos supervisión”, explicaba Heighten.

Habrá una creciente demanda de programas y proyectos innovadores del estilo de 29 acres para ayudar a adultos autistas. Según Autism Society, el 35% de los adultos jóvenes con autismo, entre 19 y 23 años, no han tenido un trabajo o recibido educación superior después de salir del instituto.

Los alarmantes índices de autismo han aumentado considerablemente la concienciación pública de este trastorno, que incluye una amplia variedad de síntomas que van desde lo leve a lo más grave. En el 2000, a uno de cada 150 niños en Estados Unidos se le diagnosticaba autismo; en 2008, eran uno de cada 88, y en 2012, uno de cada 68: un incremento del 119,4% en sólo doce años. Estudios más recientes del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que las cifras hoy día serían de 1 cada 45, con mayores índices en niños que en niñas.

Los expertos afirman que en lo referente a ayudar a personas con autismo no existe una perspectiva de tratamiento único, ya que las necesidades entre los autistas varían. Heighten y Caudy aseguran que su hijo, por ejemplo, nunca será capaz de vivir de forma independiente. 29 Acres realizará un seguimiento de sus residentes y trabajará con cada persona para determinar sus necesidades y satisfacerlas.

La comunidad prevista incluirá 15 hogares, un centro comunitario y una “academia transicional” donde se enseñarán ciertas habilidades a los residentes. Heighten y Caudy querían un lugar seguro donde los residentes también “tuvieran acceso a la comunidad circundante y no sentirse aislados”.

Planean colaborar con instituciones académicas cercanas y atraer a pequeños negocios que empleen a la comunidad autista, siguiendo el ejemplo de Smile Biscotti, una panadería fundada en Arizona en 2013 por un joven con autismo y donde Jon ha estado trabajando desde noviembre. También hay planes de crear una parada de autobús cerca de la propiedad y añadir servicios de transporte compartido como Uber y Lyft.

Se espera que el primer grupo de residentes se mude en 2018; una vez 29 Acres esté completa, dará trabajo a aproximadamente 200 empleados.

Este otoño se planea la inauguración de este proyecto pionero.

Redacción / LikeMty

Con información de Dallas News.

Última modificación Jueves, 09 Marzo 2017