Me viene a la mente esta idea, porque además de que siempre he sido crítico de quienes lucran trabajando con seres humanos sólo por haber tomado algún curso de fin de semana o de internet, y se sienten capacitados para ser coaches o consejeros en todas las disciplinas o de aquellos que teniendo una profesión muy digna como la psicología o la psicoterapia, carecen de las herramientas que requiere un especialista en adicciones.

Hace algunas semanas me quedé atónito con el "diagnóstico" de un "colega" psicólogo sin conocimientos de adicciones, que al evaluar a un paciente le informó que su problema no era de alcoholismo, sino de sus emociones y de su estado anímico, con lo cual coadyuvó a que su consultante siguiera bebiendo por un tiempo, ahora con un "dictamen" clínico que se lo autorizaba.

Este caso de iatrogenia en el que un diagnóstico equivocado pudo agravar más la enfermedad es una anécdota que me tocó vivir de cerca, igual que algunas otras historias similares en una enfermedad de por sí, difícil de entender y de abordar.

Igual pasa por el otro extremo cuando un padrino de grupo quiere convertirse en consejero multi-temático de sus compañeros AA y lo mismo opina de aspectos matrimoniales, financieros, laborales o inclusive médicos al sugerir que abandonen algunos tratamientos farmacológicos prescritos por algún profesional de la salud.

Dice el dicho, "zapatero a tus zapatos" y en materia de adicciones donde el trabajo integral que suma esfuerzos de diversas áreas, es evidente que se ocupa cada vez más especialización y profesionalización de una enfermedad que está evolucionando rápidamente y causando cada vez más daños a las personas, sus familias y la sociedad.

Los grupos de 12 pasos son muy útiles, la valoración médica es importante y el trabajo especializado también tiene grandes ventajas, pero si se suman estos tres componentes sin duda se puede ofrecer un mejor tratamiento al enfermo adicto. 

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