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Esta festividad, una tradición de origen católico y que se ha extendido por todos los continentes, se celebra en todo el mundo fomentando el intercambio de regalos, flores y los objetos con forma de corazón.

 

Redacción/LikeMTY

Desde un sacerdote mártir, pasando por la literatura romántica hasta un reclamo comercial: son varias las teorías y mitos que giran en torno a la misteriosa historia de San Valentín, patrón de los enamorados, que se celebra cada año el 14 de febrero.

Esta festividad, una tradición de origen católico y que se ha extendido por todos los continentes, se celebra en todo el mundo fomentando el intercambio de regalos, flores y los objetos con forma de corazón.

Una de las leyendas más antiguas sitúa a san Valentín, patrón de los enamorados, en la Roma del siglo III, donde el emperador romano Claudio II prohibió el matrimonio a los jóvenes soldados profesionales alegando la incompatibilidad del amor con la profesión y porque creía que sin familia eran mejores soldados.

Al parecer, Valentín, un médico convertido al cristianismo que se hizo sacerdote, se rebeló contra la norma y celebró matrimonios secretos de jóvenes soldados enamorados.

Cuando el emperador romano Claudio II tuvo conocimiento de las prácticas que llevaba a cabo Valentín, ordenó encarcelarlo y martirizarlo, hasta que fue ejecutado el 14 de febrero del año 270.

Otros consideran que San Valentín, en relación al mártir decapitado en el siglo III, era un protector de los enamorados, según el sacerdote italiano Carlo Cremona, autor del libro “Santos del calendario”.

Este experto cree que a San Valentín le encomendaron la protección de los enamorados porque su festividad (el 14 de febrero) se celebra en un momento del año “en el que comienzan a aparecer muestras de un inminente despertar de la naturaleza”.

“San Valentín, como el resto de los santos, es, por su propia índole, protector del amor, ya que todo lo que está cerca de Dios no es otra cosa que amor”, explicó el sacerdote.

En consecuencia, los enamorados pueden seguir confiando en su patrón porque, a fin de cuentas, “alguien les escuchará en el cielo”, añadió el padre Carlo Cremona.

De hecho, los restos de San Valentín, de origen italiano, se guardan en Madrid, en la iglesia de San Antón.

Sin embargo, otras teorías van más allá, como la del erudito filólogo y medievalista Martín de Riquer, quien apuntó en 1955 que la primera datación de la fiesta de san Valentín como Día de los Enamorados podría tener origen catalán.

Martín de Riquer, en su artículo “La canción de san Valentín del poeta Pardo” publicado en la “Revista de filología española”, se refiere al poema amoroso “Leyaltat vol”, que escribió el noble valenciano de origen aragonés Pedro Aznar Pardo de la Casta antes de 1492.

Pardo empleó el occitano (lengua romance de Europa) para escribir unos versos en los que se menciona el 14 de febrero como el día en que se aparean los pájaros.

De hecho, el apareamiento de los pájaros, que podría empezar con el comienzo de la primavera el 14 de febrero, se consideraba en aquella época un símbolo del amor.

Del mismo modo, la Iglesia sostiene que las costumbres asociadas a esta festividad tienen su origen en la creencia admitida en Francia e Inglaterra durante el medievo “de que el 14 de febrero (o sea, a mediados del segundo mes del año) las aves comienzan a aparearse”.

Por su parte, la Biblioteca de Catalunya constata que san Valentín se empezó a celebrar para conmemorar el amor, al menos, a partir del siglo XV en Inglaterra y en Escocia, donde se hacía coincidir con el inicio de la primavera.

No obstante, otras teorías desmontan todo lo anterior, y la antropóloga Mónica Cornejo y el historiador Javier Albar coincidieron en afirmar a EFE que en España el único antecedente conocido “con certeza” de San Valentín es la literatura romántica.

Sin relación alguna con una festividad cristiana en honor a un mártir ni con un evento romano vinculado a la fertilidad, las ideas de libertad y pasión amorosa de los poetas del romanticismo serían los verdaderos “culpables” de la fecha del 14 de febrero, dedicada cada año al ensalzamiento del amor.

Además, según los dos investigadores, tampoco existieron fiestas paganas en las se azotara a mujeres con tiras de animales para aumentar su fertilidad ni celebraciones cristianas para homenajear a un santo llamado Valentín.

Pese a la cantidad de teorías y leyendas que giran en torno a esta festividad, el Día de los Enamorados no deja de ser un reclamo comercial y marketing adornado de flores, bombones y promociones en forma de corazón.